La escalada de los precios de la vivienda empieza a quedarse sin fuerzas y será moderada en los próximos dos años. Ésta es una de las previsiones que maneja Bankinter, que explica en un informe sobre el sector inmobiliario que la limitación del potencial alcista es consecuencia de varios factores.
Por un lado, de que los precios están alcanzando en muchas zonas los niveles previos a la crisis, principalmente en localicaciones prime, y, por otro, que el esfuerzo financiero que deben realizar las familias para adquirir una vivienda está volviendo a crecer.
Como consecuencia, se verá limitada su capacidad para acceder al mercado residencial si los precios suben más de la cuenta. Así, Bankinter estima que los precios de las casas crecerán entre un 3% y un 4% en 2017 y 2018 e insiste en que, a pesar de la moderación, el mercado residencial seguirá encareciéndose.
Entre los motivos está la escasez de oferta, ya que el número de viviendas terminadas sigue en mínimos históricos (en 2016 se acabaron unas 40.000 casas) y no puede cubrir la demanda normalizada cercana a 200.000 viviendas nuevas anuales. “La combinación de una escasez de oferta y el incremento de las ventas de viviendas (que en 2016 superaron las 400.000 operaciones) continuará presionando al alza los precios”, recalca el banco, que insiste en que este escenario está presionando los precios al alza.
Por otro lado, el informe destaca el tirón de las grandes ciudades, principalmente de Madrid y Barcelona, que están registrando incrementos de precios interanuales de entre el 4% y el 7% y acumulan ya ocho trimestres consecutivos de subida. En cambio, los precios medios continúan ajustándose a la baja de forma leve en tasa interanual en otras urbes como Bilbao o Sevilla.
Otro de los factores que seguirán tirando de los precios es el encarecimiento de los alquileres, que también se está viendo aupado por la evolución de los arrendamientos en las grandes urbes, que al igual que en el caso de la compra, sufren una escasez de oferta y una demanda elevada.
Una demanda de 500.000 casas
La entidad financiera estima que la demanda residencial irá en aumento. “La tendencia alcista se mantendrá durante los próximos años. Estimamos un crecimiento cercano al 10% en 2017 y que la demanda alcance las 500.000 viviendas en 2018”, explica en el informe.
¿Y a qué responderá tal subida? Como viene reconociendo el sector durante meses, los motores de la demanda están siendo el crecimiento económico y la creación de empleo, el hecho de que la vivienda está ganando atractivo como alternativa de inversión y de que las condiciones de financiación son accesibles.
Sin embargo, y es aquí donde ponen el foco los expertos, todos esos motores no están impidiendo que el esfuerzo que deben realizar las familias para comprarse una casa esté volviendo a repuntar.
“El esfuerzo ha repuntado nuevamente hasta 6,6 años de renta familiar anual (frente a 6,2 años a finales de 2014) y las condiciones financieras ya no tienen margen de mejora. Por último, la comercialización a través de Sareb de viviendas con descuento ubicadas en zonas caracterizadas por la sobreoferta seguirá limitando la subida de los precios medios”, insiste Bankinter.
La actividad promotora despertará
Otra de las previsiones que maneja el banco naranja es que la actividad de la construcción repuntará a lo largo de este ejercicio. “Consideramos que la reactivación de la promoción residencial es un desenlace prácticamente inevitable a lo largo de 2017”, aclara.
La entidad insiste en que el stock de vivienda nueva se está reduciendo y está llegando a unos niveles que incitan a volver a promover (gran parte de las casas disponibles son prácticamente imposibles de vender) y que los visados de obra nueva están registrando fuertes crecimientos.
Fuente: www.idealista.com